07 abril 2008

Libro Las marcas de la historia, V.2

Con autorización del periodista que escribió la nota, transcribo esta que apareció hoy en El Mercurio tanto en su edición impresa como en la edición en línea. Un libro sobre la historia de distintas bebidas, esto a través de sus etiquetas, que el autor del libro, las colecciona


Nostalgia que refresca
Lunes 7 de abril de 2008


Distintas botellas de cerveza. Ya en imprenta, el segundo libro "Las marcas de la historia" abordará "Cien años de aguas minerales, jugos, cervezas y bebidas gaseosas de Chile" entre 1850 y 1950.

Víctor M. Mandujano

Casi todas las marcas que aparecen en el segundo volumen del libro "Las marcas de la historia", de Óscar Aedo Inostroza, ya no existen y las poquísimas que sobreviven han cambiado.

La obra es, por tanto, un aporte a la historia del diseño gráfico en Chile durante el último siglo y un esfuerzo sostenido en el rescate de piezas desde basurales de ex oficinas salitreras, mercados persas y anticuarios. Apoyada, además, por una colección paralela que pertenece al profesor antofagastino Gastón Hidalgo Lira.

Si en 2006 Aedo realizó un primer volumen dedicado a los antiguos envases de cigarrillos (gracias a lo cual se enamoró de este coleccionismo afín), el libro en proceso abordará "Cien años de aguas minerales, jugos, cervezas y bebidas gaseosas de Chile" (1850-1950), salvando del olvido a estas piezas destinadas a desaparecer, como también es el caso de las invitaciones, etiquetas, facturas o boletos, que ya constituyen una reconocida fuente auxiliar de la historia."En la pampa, junto a las cajetillas de cigarrillos, aparecían etiquetas de bebidas o de cervezas y restos de botellas. Además, muchas chapitas (tapas corona) casi sin oxidar, debido a la sequedad absoluta del desierto. Empecé a juntarlas de inmediato", dice Aedo, emocionado.

Armando Cartes, presidente de la Sociedad de Historia de Concepción (ciudad de la que es oriundo el autor), señala: "Las antiguas etiquetas, que ya nada promocionan, tienen también un sentido profundo. Apelan a nuestra memoria, despiertan ecos de infancia y nos llevan a revivir, por asociación, momentos semiolvidados".

Ya nadie recuerda las aguas minerales Cerro Moreno, "mui radio-activa", y Jahuel, "liviana y estomacal"; la sidra de Papaya o el British Cherry; la pilsener Gubler y Cousiño (1886); la Aloja de Culén (bebida refrescante) o el ginger ale "Lautaro".Más próximo en el tiempo está el Sorbete Letelier ("Hoy más rico que ayer"), la Guinda Nobis, la Bidú; el agua mineral Panimávida, la Bilz o la Mandarina Brockway.

"En estos tiempos de concentración de la propiedad, impulsada por una implacable racionalidad económica, es saludable y aun inspirador recorrer la historia de tantos emprendimientos", señala Armando Cartes.

Además de su impecable resolución gráfica, el libro contiene textos de investigación que remiten a la historia de las marcas, a sus propietarios y al entorno, lo cual otorga validez mundial a un libro único en su género.documentoAdemás de su impecable resolución gráfica, el libro contiene textos de investigación que remiten a la historia de las marcas, a sus propietarios y al entorno

1 comentario:

Hector dijo...

ese libro debe haber quedado magnifico, ojalá este impreso luego