21 abril 2010

ALMA DE RECOLECTORES...Vivienda y Decoración. Stgo 17 abril 2010 p.20-22










Hay quienes juntan objetos por el simple placer de tenerlos. No importa si son valiosos o antiguos, el tema es acumularlos y armar una colección propia que deleite sus ojos y su instinto recolector.


Texto, Soledad Salgado S. Producción, Paula Fernández T. Fotografías, Viviana Morales



De la cocina al muro
Andrés Mekis es un acumulador por excelencia. Como buen arquitecto es amante del diseño de ciertos objetos y se maravilla con sus formas y colores. Le pasó con los autos en miniatura, con las esferas de relojes antiguos y también con los sacacorchos, llegando a tener de estos últimos más de 150 modelos. "Cada vez es más difícil encontrar piezas nuevas, me he puesto exquisito", comenta. La colección la comenzó hace como 20 años atrás, en una de sus tantas idas al persa de Franklin. Allí encontró un viejo diseño al que ha ido sumando otros más modernos y exóticos. Tiene algunos de más de cien años, otros con aplicaciones de cacho de jabalí o nácar, y de diversos países, algunos de los cuales nunca han sido usados. Un buen amigo le trajo uno de París junto con un libro dedicado a los sacacorchos y su historia según las épocas. "Me di cuenta de que tenía muchos de esos modelos", comenta. Hoy los luce en uno de los muros de la cocina.
Sillas a escala
La decoradora Ximena Tannenbaum juntó perfumeros por años, llegó a tener 300. Luego siguió con los pisapapeles, hasta que decidió regalarlos a algunos amigos. Hoy le quedan no más de ocho o diez, y los tiene en un mueble estantería que ocupa gran parte de la pared del living. Claro que éstos ya no tienen el protagonismo que sí ha adquirido una serie de sillas miniatura de los más variados estilos. Comenzó esta colección hace cinco años cuando vio una silla Art Decó que estaba a la venta, "realmente aluciné y empecé con ese jueguito de comedor", cuenta. Hoy tiene diversos ejemplares, algunos clásicos como la silla Macintosh o la Zig Zag; muchas de la tienda STGO/MILAN. Y también cuenta con algunas curiosidades, como un juego de comedor de latón al que no pudo resistirse en Buenos Aires. "La gracia es ir de a poco. No sabes el placer que es ir encontrándolas", agrega.

Toques femeninos.
Karina Berrier, socia de El bazar de la Fortuna, es una amante de los objetos enlozados porque en general tienen motivos y colores muy delicados, "hay hartos con flores, muy femeninos", explica. En su tienda exhibe una preciosa colección de jarritos de juguete de este material, que ha ido acumulado con el tiempo, de la mano de su socia Carolina Peña. Su gusto también entró a su casa. Allí, en uno de los muebles del comedor tiene una serie de enlozados que van desde azucareros hasta mates, pasando por teteras. "Me gustaban mucho los azucareros, me atraía su forma simple y la nostalgia que traían porque cuando empecé a juntarlos, hace como doce años, estaban bien dejados de lado", indica. Tiempo después fue a una feria de las pulgas y vio una tetera celeste, grande y que le pareció preciosa, "encontré que era como un azucarero grande; la compré y así seguí coleccionando ambos objetos". Además de ellos Karina ha sumado una serie de mates enlozados, la mayoría encontrados en Argentina durante los paseos que hace con una tía anticuaria que vive en Buenos Aires. "Me he traído unos muy bonitos, baratos y en perfecto estado". Reconoce que le encanta el brillo de los enlozados y la posibilidad de que duren muchos años, "ya que como somos un país sísmico lo más probable es que la loza no dure, pero sí estas sencillas piezas".

La historia en una piedra .
Hace 140 millones de años existía un tipo de molusco llamado amonites. En la actualidad, el arquitecto Osvaldo Fuenzalida, tiene cerca de 25 de ellos puestos en un mueble hecho especialmente para exhibirlos en el comedor. Les mandó a hacer unos pequeños pies de fierro para lucirlos a modo de pequeñas esculturas. "Estos antiguos fósiles están repartidos por todo el planeta. Yo tengo de Madagascar, Brasil, Ucrania y Chile", explica. De ellos lo que más le llama la atención al profesional es la perfecta composición que tienen, como especies de conchas con calados simétricos. La primera vez que vio uno fue en un paseo al Cajón del Maipo, "parecía una piedra, pero tenía una textura diferente", recuerda. Junto a un amigo rompieron la pequeña roca y al centro apareció el amonites fosilizado. Por supuesto, cada uno se quedó con una mitad.
"Esto no pretende ser parte de un museo, ni mucho menos. Los busco por su belleza, ni siquiera por su antigüedad", agrega Fuenzalida.

Dulce compañía.
Fue la mamá de la decoradora María José Tagle, Gabriela Balbontín, quien la sumergió en el arte de la acumulación. Todas las colecciones que tiene se las ha empezado ella, regalándole uno o dos objetos originales que la incitan a seguir juntando. Hace 30 años, estando recién casada recibió de parte de su madre un gran molde de loza para hacer dulces que tenía forma de león. "Era grande, pesado, profundo y de una forma muy entretenida", dice. Luego se compró uno en una tienda de anticuarios y no paró más, hasta tener un interesante grupo de moldes antiguos que exhibe en una de las repisas junto al comedor. Algunos están sólo de adorno, pero los más pequeños los usa para hacer dulce de membrillo o camote. "Por separado quizás no tienen gran valor -a pesar de ser todos antiguos- pero juntos se potencian", explica. Sus amigas ya saben de su afición por el coleccionismo, de hecho también junta salseras, y más de alguna le ha ayudado a incrementar el número de diseños.




Nota reproducida con autorización de la Periodista.

1 comentario:

La Polilla Cubana dijo...

Realmente el coleccionismo es algo entre la pasión y el vicio!! Yo colecciono marcapáginas, pero tambien postales de varios países y temáticas, y aunque no llegan a formar una verdadera colección, tengo piedras de varios países, también me fascinan las velas, los llaveros, artesanías de diferentes países y libros autografiados (mi otro tesoro donde he logrado reunir firmas como las de Mario Benedetti, Thiago de Mello o Antonio Tabucci
Gracias por compartir este post y... creo que me convertiré en asidua!!